En los últimos dos años, las comunidades residenciales chilenas han enfrentado una problemática que antes aparecía solo en casos aislados: la intimidación directa a conserjes y personal de turno para forzar el acceso al condominio. Este fenómeno no solo compromete la integridad de los trabajadores, sino que también expone a toda la comunidad a riesgos estructurales que no siempre son visibles para administradores y comités.

El tema volvió a la conversación pública después de distintas exposiciones y análisis presentados en Expo Condominio 2025 | Lo que aprendimos sobre seguridad y gestión en comunidades, donde varios administradores coincidieron en que el eslabón más vulnerable de la seguridad no es la tecnología ni la infraestructura, sino la presión humana que enfrentan quienes están en primera línea. Es precisamente por este motivo que espacios informativos como Federal Smart han elevado el debate hacia la importancia de los protocolos y la protección laboral dentro de los condominios.
1. ¿Por qué aumentaron los casos de intimidación a conserjes?
Los registros internos de varias comunidades muestran un patrón repetido:
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ingreso de desconocidos bajo la figura de “visitas urgentes”;
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personas que llegan con historias fabricadas para generar presión emocional;
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amenazas directas para que el trabajador abra sin verificación;
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intentos de aprovechar momentos de colapso en portería;
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solicitudes falsas en horarios con menor supervisión.
El elemento común es el mismo: el conserje se transforma en el punto de quiebre, porque un sistema puede fallar, pero una persona bajo amenaza puede ceder.
Durante la exposición de aprendizajes comunitarios, se destacó algo clave: los incidentes ocurren con mayor frecuencia en “momentos muertos” o en lapsos de baja circulación, algo alineado a los patrones que se han explicado en otros análisis como los que relacionan horarios críticos y conductas oportunistas.
2. Qué protocolos protegen al trabajador si es amenazado o forzado a abrir
Un gerente de seguridad lo resumió de forma clara:
“Nada protege más a un conserje que un protocolo explícito y conocido por toda la comunidad.”
Los protocolos más relevantes son:
1. Protocolo de negativa segura
El trabajador debe poder negarse a abrir sin verificación, incluso si recibe amenazas. La comunidad tiene el deber de respaldar esa decisión.
2. Protocolo de verificación obligatoria
Toda solicitud debe pasar por un proceso mínimo, aunque quien esté afuera presione. El objetivo es eliminar la improvisación.
3. Protocolo de llamada inmediata
En situaciones de riesgo, el conserje debe activar un número interno predefinido o un canal directo con administración.
4. Protocolo de registro del incidente
Todo amago de intimidación debe quedar documentado para análisis y mejora posterior.
Muchas comunidades han comenzado a revisar estos lineamientos a raíz de guías recientes como Checklist anual de seguridad para condominios 2025, que destaca la importancia de evaluar no solo infraestructura, sino también los riesgos humanos asociados a la operación diaria.
3. Riesgos humanos: la pieza que la tecnología no reemplaza
La tecnología ayuda, pero no reemplaza al criterio del trabajador. Las comunidades que utilizan herramientas digitales para apoyo operativo —como se explica en la App de seguridad | Guía completa para monitorear tu hogar— han observado mejoras concretas cuando el personal cuenta con:
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notificaciones automatizadas;
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respaldo visual para validar identidades;
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registros centralizados para reducir decisiones bajo presión;
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historial de ingresos que permite verificar patrones sospechosos.
Sin embargo, ninguna aplicación puede reemplazar la necesidad de que el trabajador se sienta protegido, respaldado y capacitado para resistir una intimidación.
4. ¿Qué responsabilidad tiene el condominio ante estos incidentes?
Legalmente, el condominio es responsable de garantizar condiciones mínimas de seguridad para su personal. Esto implica:
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capacitación periódica en manejo de conflictos;
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acceso a canales de apoyo y emergencia;
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protocolos escritos que indiquen cómo debe actuar el trabajador;
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respaldo explícito ante decisiones de seguridad;
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infraestructura que evite exposición directa al exterior.
En algunos casos, la ausencia de protocolos claros ha generado problemas legales posteriores, porque se interpreta que el condominio no entregó las herramientas mínimas para evitar estos riesgos.
5. Cómo debería abordar el comité esta problemática en 2025
Los comités que han enfrentado este escenario coinciden en tres recomendaciones:
1. Capacitar al personal con simulaciones reales
Preparar al trabajador para situaciones de presión disminuye la probabilidad de error.
2. Revisar puntos ciegos en la operación de portería
Muchos incidentes ocurren en ventanas horarias donde no existe respaldo.
3. Actualizar los protocolos al menos una vez al año
Tal como lo sugieren las buenas prácticas mencionadas en el checklist anual, la seguridad debe revisarse de forma periódica porque los riesgos cambian.
La tendencia internacional apunta a la formalización de manuales internamente vinculantes, donde el personal no quede expuesto a interpretaciones improvisadas.
6. La importancia del respaldo comunitario
El sentir de los trabajadores es claro:
un conserje puede seguir un protocolo, pero necesita saber que la comunidad lo respalda si resiste una intimidación.
Esto se traduce en:
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mensajes internos claros a los residentes;
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comunicación transparente sobre incidentes;
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difusión del protocolo de negativa segura;
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respaldo explícito del comité ante presiones externas.
La cultura de seguridad es un ecosistema: si el trabajador se siente solo, la seguridad del condominio se debilita.
Conclusión
La intimidación a conserjes no es un problema aislado: es una señal de que las comunidades deben fortalecer sus protocolos humanos, revisar sus flujos operativos y comprender que la seguridad no depende solo de sistemas tecnológicos, sino también del apoyo emocional, normativo y operativo que reciben quienes están en la entrada del condominio.