En Chile, cometer un homicidio ya es un delito grave, pero no todos los homicidios se juzgan ni se sancionan igual. Existen factores que pueden agravar la situación del imputado, es decir, que la justicia considera para aumentar la severidad del castigo. Estas circunstancias agravantes pueden cambiar por completo el destino judicial de una persona acusada de matar a otra.
Conocerlas es clave, tanto para quienes estudian derecho penal como para cualquier persona que quiera entender cómo opera la ley frente a uno de los crímenes más graves.
Este artículo explica de forma clara y sin tecnicismos excesivos cuáles son esas circunstancias que agravan una pena por homicidio y qué implicancias tienen dentro del sistema judicial chileno.
¿Qué se entiende por circunstancias agravantes en un homicidio?
Cuando hablamos de agravantes en el contexto penal, nos referimos a factores específicos que, al estar presentes en la comisión de un delito, permiten al tribunal aplicar una sanción más alta de lo que establece el mínimo legal.
En el caso del homicidio, estas circunstancias pueden ser de carácter legal (definidas por el Código Penal chileno en sus artículos 12 y siguientes) o específicas al delito, como ocurre en el homicidio calificado, donde ciertas formas de ejecución se castigan con más dureza.
Las agravantes no son automáticas: deben ser probadas durante el juicio y consideradas por el juez al momento de dictar sentencia.
¿Cuál es la diferencia entre homicidio simple y calificado?
El Código Penal distingue entre homicidio simple y homicidio calificado, y esta diferencia tiene consecuencias directas en la pena.
- Homicidio simple: es cuando una persona mata a otra sin que existan circunstancias especialmente crueles, planificadas o cobardes. La pena, en este caso, va de 10 años y un día a 15 años de presidio mayor en su grado medio a máximo.
- Homicidio calificado: es el que se comete bajo ciertas circunstancias agravantes específicas que lo hacen más reprochable. En estos casos, la pena puede llegar a presidio perpetuo o incluso presidio perpetuo calificado (mínimo 40 años antes de optar a libertad condicional).
Entre un tipo y otro no hay diferencia en que hubo una víctima mortal, pero sí en la forma, motivación o condiciones del crimen. Por eso, un mismo hecho con ciertos elementos adicionales puede pasar de ser un homicidio simple a uno calificado.
El vínculo entre premeditación y agravamiento de la pena
La premeditación es una de las agravantes más claras y conocidas. Se refiere a cuando el autor del crimen no actuó impulsivamente, sino que planificó con antelación la muerte de la víctima. Pensó cómo hacerlo, cuándo y de qué forma.
No se exige un plan elaborado como en una película, pero sí se requiere que haya un tiempo de reflexión antes del acto. Por ejemplo:
- Comprar un arma días antes con el único fin de matar a la víctima.
- Esperar a que la persona esté sola para atacarla.
- Seguir a la víctima durante varios días antes de actuar.
Cuando la premeditación se prueba, el delito se encuadra dentro del homicidio calificado, y eso eleva significativamente la pena que puede aplicarse.
¿Influye la relación entre víctima y victimario en la condena?
Sí. La relación entre el autor y la víctima puede ser un factor agravante, sobre todo si existía una obligación de cuidado, respeto o cercanía afectiva. En esos casos, la ley considera que el daño es mayor porque se quebranta un vínculo de confianza o responsabilidad.
Algunos ejemplos donde la relación agrava la pena:
- Homicidio con vínculo familiar: como ocurre en casos de parricidio, donde el autor mata a un ascendiente, descendiente o cónyuge.
- Violencia intrafamiliar con resultado de muerte: si hay antecedentes de maltrato o control previo.
- Profesionales que matan a pacientes o personas bajo su cuidado, como cuidadores, tutores o médicos.
En estos contextos, no solo se sanciona el acto, sino también la traición al rol que el victimario tenía frente a la víctima.
Uso de alevosía, ensañamiento o traición como agravantes
La ley chilena reconoce ciertas formas de cometer el homicidio que agravan automáticamente la pena por su especial crueldad o cobardía. Entre ellas están:
- Alevosía: matar aprovechando que la víctima está indefensa, sin posibilidad real de defenderse o escapar. Por ejemplo, atacar por la espalda, mientras duerme o está bajo efecto de drogas o alcohol.
- Ensañamiento: cuando el autor aumenta deliberadamente el sufrimiento de la víctima, más allá de lo necesario para causar la muerte. Implica actos de tortura, golpizas prolongadas o ataques múltiples.
- Traición: cuando se abusa de la confianza de la víctima. Por ejemplo, simular una reconciliación para luego agredirla, o invitarla a un lugar con fines de matarla.
Estos elementos no siempre son fáciles de probar, pero si se demuestran, el juez está obligado a tratarlos como agravantes que llevan la pena al tramo más alto del castigo legal.
Cuando el homicidio ocurre durante otro delito: doble penalización
Otro caso común de agravante es cuando el homicidio ocurre como parte de otro delito grave. Esto se da, por ejemplo, cuando alguien mata:
- Durante un robo con violencia.
- En medio de una violación o agresión sexual.
- Para ocultar otro delito, como falsificación de documentos o narcotráfico.
- Para evitar ser detenido por la policía.
En estos casos, el homicidio se fusiona con el otro delito, y eso agrava fuertemente la pena. El objetivo es castigar con más dureza los actos que muestran una intención criminal más estructurada o una violencia desproporcionada frente al objetivo original.
En caso típico es el "robo con homicidio", donde incluso si el autor no planeaba matar, el hecho de causar la muerte durante el robo eleva la pena a presidio perpetuo.
¿Qué dice el Código Penal chileno sobre agravantes específicas?
El Código Penal en Chile establece una lista de circunstancias agravantes en su artículo 12. Algunas de las más relevantes para casos de homicidio son:
- Cometer el delito con abuso de superioridad.
- Ejecutar el crimen con auxilio de personas que aseguren la impunidad.
- Haber sido condenado previamente por delitos similares.
- Obrar por motivos abyectos, como venganza extrema, odio racial o religioso.
- Usar medios que causen peligro para otras personas además de la víctima.
Estas agravantes deben ser alegadas por el fiscal y evaluadas por el tribunal. Si se comprueba una o más de ellas, el juez puede elevar la pena dentro del rango permitido por la ley o cambiar la tipificación del delito.
¿Puede una defensa legal reducir una pena agravada por homicidio?
Sí, aunque no es fácil. En algunos casos, incluso con la existencia de agravantes, el abogado defensor puede presentar circunstancias atenuantes que permitan bajar la pena o evitar una condena perpetua.
Algunas posibles atenuantes son:
- Colaboración eficaz del imputado en la investigación.
- Confesión voluntaria antes del juicio.
- Haber actuado bajo arrebato u obcecación (emoción violenta).
- No tener antecedentes penales previos.
- Reparación del daño causado (por ejemplo, una indemnización a la familia).
Lo que hace el tribunal es ponderar agravantes y atenuantes. Según el equilibrio entre ellas, se determina el tramo de pena a aplicar. Pero cuando hay agravantes muy severas, como ensañamiento o alevosía, es difícil que una atenuante tenga peso suficiente para evitar una pena alta.
Por eso, la defensa en estos casos requiere experiencia, estrategia jurídica clara y fundamentos sólidos.
Las formas también importan en la justicia penal
Cuando se juzga un homicidio, no basta con probar que alguien murió. Lo que más influye en la pena que se aplica es el cómo y el por qué. Las circunstancias agravantes muestran que el delito no fue solo un arrebato, sino que hubo crueldad, planificación o traición. Por eso, el sistema legal chileno las considera con tanta seriedad.
Si bien todos los homicidios son graves, aquellos que se cometen con alevosía, ensañamiento, premeditación o durante otro delito, enfrentan las penas más duras del sistema penal. Quien se ve involucrado en un caso así, ya sea como víctima, familiar o imputado, debe tener muy claro lo que está en juego.
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