Durante 2025, los portonazos volvieron a consolidarse como uno de los delitos de mayor crecimiento en la Región Metropolitana. Según cifras preliminares de la Subsecretaría de Prevención del Delito (SPD), los robos violentos de vehículos aumentaron de forma sostenida durante el segundo semestre de 2024 y el primer trimestre de 2025, con especial concentración en Maipú, Puente Alto, La Florida y Quilicura.
Aunque este tipo de delito se reparte por gran parte de Santiago, hay patrones en común: horarios definidos, puntos ciegos en calles residenciales y una coordinación cada vez más sofisticada entre quienes ejecutan el robo y quienes sirven como apoyo o vigilancia a distancia.
1. Maipú: portonazos en corredores de alto flujo
Maipú encabeza la lista con un alza importante en robos violentos de vehículos. Las avenidas Pajaritos, Tres Poniente y Camino a Melipilla concentran los casos, especialmente en horarios de retorno laboral —entre las 20:00 y 23:00 horas— cuando los vehículos se encuentran detenidos esperando luz verde o intentando ingresar a condominios.
La SPD registró también un aumento en el uso de motocicletas como vehículos de apoyo, una fórmula que permite a las bandas actuar en segundos y desaparecer entre calles interiores.
En zonas residenciales, vecinos reportan ingresos a condominios persiguiendo al dueño del vehículo, una modalidad que se repite en gran parte de Santiago y que fue analizada previamente en Cámaras para casa | Guía esencial de seguridad 2025.
2. Puente Alto: el cruce entre baja iluminación y rutas de escape rápidas
En Puente Alto, los portonazos se han concentrado en sectores como Gabriela Oriente, Los Toros y Domingo Tocornal, zonas donde la iluminación pública es limitada y existen múltiples pasajes que conectan con avenidas principales, lo que facilita la fuga.
Los registros muestran que gran parte de los ataques ocurre en la transición entre la tarde y la noche, entre las 19:30 y las 22:00 horas. En varios casos, cámaras vecinales han captado grupos realizando rondas previas en autos sin patentes visibles, una dinámica de comportamiento similar a la observada en Comercio ambulante en Estación Central: impacto en la seguridad de casas 2025, donde el flujo masivo de desconocidos dificulta la detección temprana del riesgo.
3. La Florida: un aumento en puntos residenciales y estacionamientos abiertos
La Florida experimentó un alza sostenida vinculada principalmente a dos escenarios:
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Portonazos en accesos residenciales, especialmente en sectores como Walker Martínez, Trinidad Oriente y Tobalaba, donde las casas quedan parcialmente expuestas en horarios de llegada nocturna.
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Robos de autos estacionados en vía pública, un fenómeno que aumentó durante el verano, coincidiendo con la dinámica descrita en Robos en vacaciones 2025: por qué aumentan cuando las casas quedan vacías.
Cámaras municipales y particulares han registrado ataques que duran menos de 25 segundos. La facilidad para identificar víctimas distraídas —vecinos cargando bolsas, cuidando niños o abriendo rejas— sigue siendo un factor determinante.
4. Quilicura: robos estratégicos en zonas industriales y residenciales
Quilicura es un punto clave por su ubicación y la combinación entre zonas residenciales, áreas industriales y rutas de conexión como Vespucio Norte. Los portonazos se concentran en sectores como San Ignacio, Lo Marcoleta y El Rosal, donde los vehículos deben disminuir su velocidad por badenes o curvas cerradas.
En esta comuna se repite un patrón observado en otras zonas: los robos se producen principalmente en calles con poca visibilidad o en esquinas donde los vecinos deben descender para abrir un portón manual. Los videos captados por residentes muestran que los agresores suelen actuar con apoyo logístico, utilizando un segundo vehículo para bloquear la vía o cerrar la huida de la víctima.
La tecnología como aliado: el rol de Federal Smart
Ante el aumento de portonazos en estas comunas, muchas familias han optado por complementar sus medidas de protección con cámaras y sistemas de detección temprana, una recomendación recurrente en estudios de seguridad barrial.
Soluciones como las de Federal Smart, que integran cámaras con análisis de movimiento, alertas instantáneas y acceso remoto desde el celular, han permitido registrar rondas previas, autos sospechosos y movimientos anómalos minutos antes del ataque. En diversos casos, el apoyo visual entregado por los vecinos ha sido clave para identificar rutas de fuga o patrones repetitivos.
En escenarios donde el delincuente sigue al vehículo hasta su acceso, contar con sensores perimetrales y cámaras activadas por proximidad permite reaccionar antes de que el portonazo ocurra.
Un ecosistema completo: control de acceso y vigilancia humana
Aunque la tecnología es fundamental, en algunos edificios o condominios de estas comunas el problema radica en accesos poco protegidos.
En ese punto, empresas como Federal Access, enfocada en sistemas de control vehicular y peatonal, y Federal Seguridad, que opera con guardias OS10 en turnos estratégicos, han sido utilizadas como refuerzo en comunidades que han sufrido más de un incidente durante 2024 y 2025.
El objetivo es evitar los dos escenarios más comunes:
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delincuentes que ingresan detrás del residente,
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vehículos desconocidos que entran porque un portón queda abierto.
Conclusión
Los portonazos ya no son un fenómeno aislado: son un patrón extendido que afecta a distintas comunas por distintas razones.
Maipú, Puente Alto, La Florida y Quilicura presentan realidades distintas pero un mismo denominador: calles vulnerables, horarios críticos y una creciente sofisticación de las bandas.
En ese escenario, la combinación entre vigilancia tecnológica, control de acceso eficiente y medidas preventivas durante vacaciones o ausencias prolongadas se vuelve indispensable para recuperar la sensación de seguridad en los barrios.
